Eres mi eterna nostalgia del tamaño de mi vida,
eres la perfecta flor del color con el nombre de tu nombre,
tu amor es una ardiente llama cálida y dulce,
son lagos en los que deseo bañarme.
Señor, eres la tierra en donde renazco
y las puertas a las cataratas de pureza,
cada trozo de mi piel te pertenece
y estas a su vez son tu infinito templo.
Te aguardo en el puente de la mortalidad,
y ninguna palabra, y ni en conjunto.
traducen los océanos desnudos en mí,
que solo tienen sed de ti.
Señor, verso del que no quiero ser libre,
donde anhelo guarecer,
descansando admirando tu bondad,
descansando en la más dulce promesa.
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